Quien atraviesa por los túneles de San Juan y San Roque, casi no se da cuenta que allí existe un hermoso conjunto religioso construido en el siglo XVIII, con ladrillos y tejas de la fábrica que allí funcionaba. La recoleta de El Tejar es uno de los rincones urbanos del viejo Quito que nació como una ermita bajo las faldas del Pichincha y luego se completó con la casa de ejercicios, el convento, la iglesia y algunas capillas. En el siglo XIX se adiciona el cementerio, uno de los primeros camposantos públicos del país. La Recolección Mercedaria de El Tejar es una edificación rica en cuanto a historia y bellas artes. Por su ubicación, es un lugar desconocido tanto para propios como para extraños, por ello, se complementará visitas guiadas para dar a conocer este espacio "olvidado" como muchos que esperan ser reconocidos.