Caceria Del Zorro Ñañugo Serrano

CLub Hipico de Ibarra, Ibarra,
Caceria Del Zorro Ñañugo Serrano Caceria Del Zorro Ñañugo Serrano is one of the popular Stadium, Arena & Sports Venue located in CLub Hipico de Ibarra ,Ibarra listed under Sports venue in Ibarra , Sports Venue & Stadium in Ibarra ,

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Tradición Hípica en Ibarra.
La cacería del Zorro y el Señor Hugo Serrano
En el imaginario colectivo las personas son identificadas por las obras que hacen, se las recuerda por incursionar en alguna obra u acontecimiento excepcional, un hecho único que difícilmente se olvida; sobre todo cuando este hecho ocurre al interior de su circunscripción geográfica, convirtiéndose con los años en un evento novedoso y excepcional.
En ciudades como Ibarra, en Ecuador y quienes residimos en la blanca ciudad, conservamos la imagen de personas excepcionales que siempre han demostrado pasión y amor por el trabajo realizado que más temprano que tarde sintieron que su obra o proyecto de vida trascendería con el tiempo y llegaría inclusive a constituirse en parte importante de una determinada festividad popular, que por tradición y mérito personal del propietario intelectual se ha logrado mantener con los años. En el imaginario colectivo y en la memoria de los habitantes de Ibarra son recuerdos gratos aquellos eventos visuales que forman parte fundamental del patrimonio considerado como bien intangible que sólo poseen esas ciudades, visto desde el ámbito sociológico como patrimonio sentido en el imaginario colectivo. Otras posiciones, sostienen que en las ciudades o en el entorno de una circunscripción geográfica surgen o aparecen de manera esporádica personas ingeniosas que demuestran talento en lo que hacen y que en su vida tuvieron un proyecto de vida que cumplir.
LA COMPETENCIA(I)

Aquel día esperado,
de Septiembre en Ibarra,
en tradicional fiesta,
muy de prisa ha llegado.
Se da inicio a la justa,
fastuosa lid hípica
de la gran cacería
es fichado un número…
y a todo galope,
el caballo va a trote

Cualquiera de las dos posiciones hacen mención de personas, talentosas, iluminadas predestinadas y poseedoras de capacidad suficiente para idealizar y plasmar hechos reales o actos importantes de la vida cotidiana en pequeños pueblos – o en actividades, o eventos considerados vivenciales y excepcionales que en momento determinado incluso marcaron sus vidas, desde luego estos acontecimientos se plasman – la mayoría de las veces- en la circunscripción de un entorno determinado como Ibarra y que con el tiempo aparecen personajes como Don Hugo Serrano imprescindibles, verdaderos creadores y gestores que han logrado entregar su vida, talento y transmitir de manera excepcional sus vivencias, personajes únicos a los que los años les dieron un toque de identidad propia, y el tiempo las identifica no solo como parte del patrimonio de la ciudad sino que meritoriamente y por justicia forman parte de un patrimonio intangible de un pueblo y podría decirse adquieren identidad propia, incluso forman parte de la vida identitaria de la ciudad a la que entregaron su contingente, personas como Hugo Serrano lograron exitosamente transmitir y expresar sentimientos e ilusiones y socializarla de padres e hijos compartiendo de manera intensa y honrosa esta festividad con un tejido social testigo y participe de esa fiesta popular de IBARRA.
LA COMPETENCIA: …………….

Los jinetes se alistan
también caballo y jueces
y es que a todo tranco
parte la competencia;
juntos en la partida
los Jueces miran a prisa
y desde la salida
es el juez que revisa
se cumpla con las reglas.
Y el gran desfile empieza
el equino está inquieto
va y se cierra el jinete,
por toda esa avenida;
se mira habrá de todo
hay novatos, añeros
y aún corceles bajados.
Estos hechos dan la sensación de aventura y de pasión que se plasmó en la realidad por algo que amaron- para quien leerán estas líneas- deberían considerar como actos surgidos de mentes fantásticas de personas iluminadas, que en el escenario social de nuestro Ecuador han sido escasas, que con el tiempo se constituyeron en protagonistas y actores indiscutibles y que se han mantenido en la memoria colectiva de un determinado tejido social. Vivencias que se compartieron entre padres e hijos e incluso nietos, circunstancias válidas que permitieron a la competencia hípica denominada Cacería del Zorro quedar institucionalizada en Ibarra como fiesta de la Ciudad, y que por su lustre ha quedado impregnada en la memoria y retina de ciudadanos incluso de quienes que como simples espectadores observaron cómo el evento atractivo y fastuoso se ha ido posicionando en los circuitos hípicos nacionales; actores sociales que se constituyeron en testigos de ese cambio en el escenario social y festivo de IBARRA, una ciudad cuyos habitantes siempre demostraron incondicional colaboración y simpatía por su mentor y dicho evento; ya sea con su presencia acompañó en las competencias o circuitos hípicos a quien siempre lideró esta fiesta hípica Don Hugo.
El evento adquiere particulares características, el patrimonio y propiedad intelectual de Hugo Serrano hoy por hoy la razón de ser de Ibarra, competencia que en todas sus versiones se vio acompañada de hechos fantásticos, excepcionales que demandaron mucha adrenalina y coraje de quienes participan en ella, Ibarra –en septiembre- se convierte en una fiesta en la otrora ciudad de paz conventual. Circuito hípico y evento deportivo importante y único en la provincia y Ecuador, competencia singular y atractivo evento en el que incursionaron inicialmente prestigiosos miembros de la sociedad ibarreña, que demanda gran trabajo y conocimiento, aparte de ser un torneo nunca antes vista en otro lugar del Ecuador.
La competencia : ……….
Y la marcha avanza
de mucho ruido lleno
y en exhibición el Zorro
junto a otros jinetes
se alista hay estampida.
Se ve corceles añosos….
y rivales bajados
y entre los entendidos
el gran ¡ Ñanugo ¡ es visto
irá pues al mando presto
de ese torneo campestre
en ese ambiente ecuestre,
de raigambre popular
todos vienen a ganar.

La Cacería del Zorro, un deporte hípico lleno de colorido, constituye el evento que exige la cualidades que siempre demostró poseerlas don Hugo Serrano, quien lideró en todas sus versiones dicha competencia de campo atraviesa e hizo de este evento un acontecimiento único, excepcional logrando hoy por hoy ser identificado como parte fundamental y bien intangible de propiedad de Ibarra, en especial de su mentor quien con el coraje y personalidad propia exigida por esta disciplina recuperó para Ibarra parte de su identidad. Sin duda hecho sociológico y evento único, construido y concebido magistralmente de manera oral y visual y quien lo observe por primera vez difícilmente lo olvidará.
La historia inicia en Ibarra, en el año de 1972 por casualidad o destino inició él primer torneo hípico organizado y promovido por su principal y único impulsador Don Hugo Serrano considerado por los aficionados a este deporte creador y líder de la fiesta ecuestre de grandes dimensiones denominada “La cacería del Zorro. En dicho año este caballero quiteño, se afincó en nuestra querida ciudad y con el patrocinio de varios empresarios particulares pudo arrancar esta justa deportiva, festejo de gran tradición popular que dio a Ibarra identidad propia, en esos años adquirió protagonismo y relieve por el trabajo realizado el ámbito de la Hípica Don Hugo Serrano, señor conocedor y ducho practicante del deporte ecuestre y pionero de esta actividad en el norte del Ecuador cariñosamente bautizado por sus discípulos como Ñañugo. Con el pasar de los años Hugo Serrano llega a ser considerado símbolo del deporte hípico en el norte del Ecuador.
La competencia : ……….
Y en el trayecto siguen
dispuestos, muy alertas,
y jinetes amenaza, alarga …..
recorren esa distancia
y marcan los tiempos
en la inusual carrera
y ante el primer disparo
empieza la largada:
¿do esta ágil personaje?.

El perfilado hereda de sus padres sentimientos nobles que con propiedad los compartió y expresó en varios ámbitos de su vida privada, en particular en el círculo de sus amigos con quienes vivió su pasión por la hípica. Transmitió sabiamente vivencias y conocimientos en varios ámbitos de su vida deportiva, expresó siempre su visible amor a los caballos y al deporte ecuestre. Un señor de la hípica, Don Hugo Serrano –nuestro perfilado- nació en Quito el 25 de diciembre de 1933, convirtiéndose con los años en un personaje popular, diestro y experto conocedor de secretos de la hípica, de raíces cien por ciento quiteñas, hijo del apasionado, amante y nato conocedor de caballos y de ese ambiente ecuestre Don Hugo Serrano Tamayo, personaje quiteño que plasmó con éxito su amor y pasión hacia los caballos y por todo ese ambiente.
El padre de nuestro perfilado don Hugo Serrano Tamayo fue un distinguido y renombrado personaje quiteño de quien heredó su afición y conocimiento sobre caballos, pasión que se vio reflejada al adquirir a Mussolini y entregar como regalo a su Hijo Hugo cuando apenas Hugo tenía tres años de edad. Con el paso de los años y por cuestiones laborales su padre debió trasladarse a otros lugares así: entre 1936 y 1937 su domicilio lo fijo en Peribuela hacienda ubicada en el cantón Cotacachi, de propiedad de la Asistencia Social.
La competencia : ……….

No aparece en su disfraz
¿o se oculta en su antifaz?
y en su afán persigue ,
en tiempo muy marcado
y del grupo se aleja
la preciada presa…..
Se siente, casi lo atrapa
y lo tienen cerca;
y así los jinetes
serán parte de la juerga.

Ese espléndido ambiente natural sirvió a la familia como pretexto para quedarse temporalmente en ese lugar por el lapso de tres años y por cuestiones laborales se trasladó luego a Cotacachi, ya instalados asistió a una escuela de Monjas, en los años siguientes esto es 1938 o 1939 se relacionó directamente con el ambiente hípico, con siete años ya era un experto, luego su padre fue trasladado a la Quinta San Miguel del cantón Cotacachi, su formación escolar la recibió de un maestro de nombre Eliodoro, meses más tarde y por motivos personales regresó la familia a la capital, en esa ciudad concluyó sus estudios básicos, primero en la escuela seis de diciembre y luego a la Bolivia, su formación educativa se vio complementada cuando formó parte de los distinguidos alumnos del Colegio Nacional Mejía de la ciudad de Quito. Los grandes –como él según su opinión- consideran la formación en la Universidad de la vida constituye la escuela más completa en la formación de las ciencias humanas de las personas, Don Hugo demuestra humildad cuando se refiere que las experiencias de la vida que es lo que más enseña.
En la década de los años cuarenta Don Hugo demostraría con los años y en el circulo habitual de sus familiares y amigos poseer cualidades de caballero decidido y valiente, en la convivencia diaria expresó varias cualidades que las combinó juiciosamente: Se constituyó en el personaje dueño de excepcionales dotes, poseedor de la talla y peso ideal para jinete, con su energía vital continuó demostrando su afición y amor hacia los caballos, en sus años jóvenes siempre se rodeó de todo el ambiente hípico, cerca o distante se constituyó en el protagonista de amenas charlas sobre técnicas de ese deporte, su gran afición a la competencia hípica constituyó con el paso de los años además en el referente fundamental de su desempeño profesional. En esos años en Quito y en su afán por vincularse con todo lo relacionado a lo ecuestre demostró siempre su afición y todo su amor por el ambiente ecuestre, a veces incluso obligado por amigos o conocedores de este deporte a participar en carreras de caballos.
En los años cuarenta en Quito constituía novedad las competencias de cuadreras, torneo singular que consistía en acotejar a los caballos y en el momento preciso facilitar la monta del jinete, luego recorrer 300 metros, torneo que se constituyó en atracción para los apostadores. En ese ambiente se crió don Hugo Serrano y a los doce años de edad se convirtió en un experto, demostrando sus dotes en la hacienda de la familia Heredia en terrenos del actual Coliseo Rumiñahui, talento y capacidad demostrados para desafiar a jinetes de mayor edad, compitió como jockey en varias competencias, y luego de dos años actuó como jinete profesional en la hacienda de doña María Augusta Urrutia en los terrenos en donde se construiría varias décadas después el hipódromo de Quito , sitio del actual parque de la Carolina, escenario deportivo en donde se organizaron varias carreras de caballos especialmente los fines de semana. Don Hugo Serrano participó en varios circuitos hípicos para los entendidos poseía el peso ideal de Jockey, registraba en la balanza menos de cien libras, lo que le permitía poseer cierta ventaja frente a otros jinetes de mayor experiencia y perfomance. Para esos años el perfilado era considerado el Benjamín de los jinetes, se constituyó a los 14 años muy joven en jockey y gran triunfador del gran Derby, fecha que este personaje lo recordaría con nostalgia, constituyéndose con los años en el triunfo más sonado jamás visto en Quito y competencia sin parangón en la capital, evento que marcaría el inicio de su excepcional vida deportiva, competencia organizada un 24 de Mayo de 1947 en la ciudad de Quito.
La competencia:………..
La fuerza de aquel viento
va acortando el atajo
y hay quien cambia ese rumbo
¿acaso hay fatiga o dolor?...
vivencia de la correría
construyen sus sueños
del Zorro ser dueños.
Y es que abriendo por fuera
del arrancadero,
toman ya el sendero…..
y será en Guayabillas
él que en menor tiempo
se adueñe de la carrera
a prisa intentan acortan
la loma aún dominar
e inician el descenso
rumbo van al caserío
venciendo piñeroles
incluso bordean al río….
y es a campo traviesa
de recorrer la ruta ,
conocen ya el lugar
y como armando ruta
ingenian ese escape
y esos jinetes prestos
vencer laderas, y zanjas.



Entre los años 1951 a 1954, las instalaciones militares constituían el escenario ideal para desarrollar ese deporte considerado costoso y selectivo, lugar único que disponían los amantes del deporte hípico, criadero de las mejores razas de caballos fueron las instalaciones del ejército; el señor Serrano ingresó a la milicia en el año 1951, atraído un tanto por el gran escenario óptimo que constituían para las competencias hípicas las grandes haciendas y latifundios de propiedad de la institución militar. Los cuarteles se convertirían en escuelas de perfeccionamiento de jinetes novatos y el sitio adecuado para desarrollo de jockeys novatos que demostraban aptitudes especiales en la doma de caballos, centros en que los jinetes adquirían mayor conocimiento y experiencia en el adiestramiento en ése difícil y arriesgada actividad.
La competencia:………..
Es un jockey diestro
que sortea mil trances
y acata las reglas;
y en tiempo marcado
de antemano trama
perseguir las huellas
Y dar cacería al zorro
lo ve, saca ventaja
y en la inmensa planada
de aquella recta final
destaca ese gran líder
se siente al más fuerte..
y es el jinete ganador .

Don Hugo prestó sus excepcionales servicios al ejército, en su corta trayectoria en la vida militar fue nombrado soldado y reconocido por sus valiosos servicios, luego fue ascendido al cargo de sargento, funciones que demandaban mayor responsabilidad y categoría. En la milicia fue condecorado por méritos con palas y todo, en la institución militar permanece tres años y por diferencias con un oficial de alto rango fue sometido a un juicio por indisciplina; permaneció encerrado por varios días en el cuartel Yahuachi, finalmente abandonó el ejército. Su fugaz estadía en esa Institución le brindó la oportunidad deseada conoció a los grandes de la hípica nacional y conoció más sobre caballos y reglamentos de las competencias hípicas, su desempeño como veterinario en la escuela hípica militar le permitió adquirir mayor conocimiento, experiencia y temple que requería para continuar en ese deporte, los años siguientes constituyeron su oportunidad buscada, llegó a incursionar en eventos o torneos de mayor perfomance y renombre.
Su trayectoria rezume varios desempeños brillantes, incluso hasta hoy constituyen actos únicos y excepcionales, ganador de varias competencias hípica y derbys. Por esta pasión entabló nuevas amistades con verdaderos expertos, lejos del ejército, su amor a la hípica le haría buscar varias oportunidades y se vinculó a expertos, continuó en todo lo relacionado con el arte ecuestre, la oportunidad llegó, conoció a varias prestigiosas personalidades de ese deporte, en esos años y en el medio propicio, afianzó su amistad con personajes considerados por los entendidos de la hípica, en especial con el coronel Alfredo López Mancheno y otros pioneros como Octavio Merchán y René Cueva. Esta valiosa contribución sirvió para aplicar suficiencia y propiedad en sus pupilos, formó la escuela hípica Ciudad de Ibarra, con modestia recibió el título de maestro inquieto, saberes más alguno que otro secreto de interés para quién continuó en los circuitos y competencias hípicas, la vida y las circunstancias le dieron la oportunidad, pues aprovechó honestamente ese intercambio de conocimientos y de vivencias compartidas. Esas circunstancias favorables le permitieron convertirse en el protagonista indiscutible de un inicio exitoso en ese ambiente que supo recibirlos con modestia a través de los años, en los que adquirió suficiente madurez y conocimiento sumados a la experiencia, cualidades que demandaba ese deporte.
En esos afanes entregó todo su conocimiento, transmitiéndolos con probidad y eficiencia a sus pupilos y a sus hijos. Los años siguientes atestiguan éxitos que no tardaron en llegar, recibió reconocimientos que hicieron justicia al talento y conocimiento eficiente demostrado en la práctica de ese deporte, la vida de Don Hugo se rezume en esos años continuos y sonados triunfos y sitiales de privilegio que ocupó dentro de los lugares honrosos y sobresalientes de la hípica nacional.
Revisados los acontecimientos importantes de su vida cumplida la sanción impuesta injusta, abandonó la vida militar y por ende el cuidado de los caballos del ejército, probó suerte en la vida privada, su experiencia y conocimiento suficiente adquirido, su amplia cultura y concretamente la gran voluntad que demostró siempre hizo bien las cosas bien, actos validados por las instituciones privadas en las que prestó sus servicios, con probados meritos ingresó a CONACA en sus actividades demostró experiencia y denodado afán e incursionó además en varios emprendimientos particulares.
Vano fue el intento por alejarse de toda actividad relacionada con la hípica transcurrirían cuatro años, en el ambiente familiar la señora Pilar Serrano hija de un cercano familiar se convirtió en la esposa y compañera de vida de más de 45 años de feliz matrimonio. El Ministerio de Gobierno reconociendo los méritos de una correcta vida militar le extendió el nombramiento de Inspector de espectáculos públicos, cargo disponible en Ibarra pero de jurisdicción en Imbabura, ciudad a la que se trasladó un día 19 de enero del año 1966, de más está por decir que Don Hugo asumió dicho encargo con responsabilidad, honestidad y notable capacidad de servicio y entrega, además del cumplimiento estricto y honroso como disponían los reglamentos respectivos del desempeño público, permaneció en esa función pública por el espacio de 11 años.
Afincado en Ibarra se domicilió en casa de la familia Gomezjurado, residencia de ambiente amplio y acogedor, dotado de terreno grande escenario ideal para la crianza y doma de caballos. En ese espacio demostró su afán e interés de continuar cultivando el deporte demostró destreza y habilidad por el amor y la pasión de su vida: los caballos y todo lo inherente a la hípica.
Meses más tarde adquirió caballos para sus hijos, energía y conocimiento suficiente que le permitieron cumplir el deber a cabalidad, inició esta actividad en Ibarra y en el norte del Ecuador: gestión que le demandó esfuerzo ingente nuevamente incursionó el ambiente de la hípica, primero compartió esos sentimientos y aficiones a los caballos con sus nuevos amigos y aficionados a la hípica de Ibarra y con aquellos jóvenes alumnos, fundador del CLUB HIPICO DE IBARRA, en ese ambiente al que en principio incursionaron solo hijos de hacendados y descendientes de prestigiados personajes de la sociedad ibarreña, Don Hugo adquirió un espacio protagónico importante, en síntesis representó al jinete grande, disciplinado, ejemplo de deportista, considerado caballero a carta cabal. De noble proceder, prevaleció en su comportamientos actos correctos, cumplidor de su deber, dirigió con justicia y honestidad cualidades que demostró a toda prueba.
Don Hugo hizo la Cacería del Zorro una fiesta grande, la más popular del Ecuador, ceremonia que constituyó un acto simbólico instaurada en Ibarra hace más de 38 años, con talento y energía que demostró en cada versión del evento, con satisfacción relata los inicios, festividad que creó y arrancó en Ibarra, relata cómo solo él lo hizo-en los inicios de este deporte en Imbabura. Fue él pionero e iniciador de este evento ecuestre en Imbabura, cada versión demostró siempre excepcional visión que solo tienen aquellos hombres brillantes y de mentes ingeniosas. Esfuerzo y tesón que demostró con el tiempo, mejoró algunas etapas de la competencia e incorporó algunos puntos considerados claves, modificó con sobradas razones algunos aspectos considerados claves dentro del reglamento de la prueba que no hicieron más que confirmar su probado conocimiento experiencia y probidad sobre hípica.
Desde el punto de vista sociológico la “Cacería del Zorro”, es vista como aquella festividad capaz de crear identidad popular única, evento que rezume emociones, que transmite sentimientos en el imaginario colectivo en los que se matiza instantes de nostalgia y alegría desbordante ante momentos esquivos de felicidad, emociones y sentimientos encontrados provocados por este deporte. Es en el año de 1972 en que el Señor Serrano junto a su escuela Hípica de Ibarra se constituyen en semillero de novatos y aficionados amantes de las competencias ecuestres, formó jinetes profesionales con la habilidad de un diestro, los volvió expertos.
HOMENAJE ( II)
Fragmento…………..

Un gran señor vendría
de Quito un caballero
y junto a André Obiol
de la hípica pineros…..
El maestro Hugo Serrano
el campeón , gran palmarés
triunfador de esos lares
vencedor de mil rivales.
Don Hugo Serrano, hombre a carta cabal, caballero esforzado y visionario respondió a tiempo con su idea brillante y rescató para Ibarra ese evento que pretendió adueñarse el Municipio de Quito, sus luces propias le permitieron dar brillo a una fiesta grande; festejo de élites celebrada por un círculo íntimo de amigos y conocidos, su capacidad permitió convertir ese evento grandioso en una fiesta de raigambre popular. Don Hugo Serrano jamás decayó en el esfuerzo y con empeño demostró tesón, sacrificio para continuar con este tipo de competencia con amor demostrado por Don Hugo, su férrea personalidad y sus cualidades le permitieron resaltar su notable personalidad y talante demostrado siempre por un caballero de cualidades y relaciones humanas ejemplares. Símbolo de hombre íntegro suficiente y capaz para demostrar amplios conocimientos y experiencia en todos los hechos o circunstancias afines al deporte ecuestre. Su desempeñó como jinete primero, luego como entrenador, fue el gestor y animador y principal protagonista de la actividad hípica en un escenario único como lo es la ciudad de Ibarra.
Por el espacio de tres décadas, este personaje se encargó personalmente de la formación de jóvenes jinetes en la Escuela Hípica en Imbabura. Esa afición la cultivó en sus pupilos no solo por todo lo que hizo en la actividad ecuestre de la provincia, sino que verdaderamente se constituyó en el artífice, creador y propietario de un patrimonio intangible trasladado al tejido social. Por ende esta costumbre de la ciudad constituye tradición arraigada a las tradicionales festividades ibarreñas. Su habilidad y talento le supieron dar un toque especial a esta competencia y adornarla de formas de expresión visual únicas reflejadas en dicho evento hípico, el misma que finalmente dio sus frutos.
El esfuerzo grande, garra y pasión desplegada por Hugo Serrano este noble ciudadano quiteño - pero ibarreño de corazón- no ha hecho más que reafirmar su amor por los caballos, cariño y admiración demostrada a Ibarra que le brindo refugio, ciudad que lo recibió como un hijo, constituye el ícono y sembrador de una gama de campeones y triunfadores del deporte hípico no solo para Imbabura, sino para el Ecuador. Su pasión por el deporte ecuestre le permitió dar un toque a este deporte de una identidad personal, que refleja sentimientos colectivos de nostalgia alegría desbordante y esperanza ante los esquivos instantes de felicidad, la presencia del caballo en la vida de Hugo Serrano ha sido una referencia obligada y su estilo de vida. Un personaje único poseedor de un gran espíritu deportivo Don Hugo Serrano vive actualmente en la ciudad de Ibarra, se dedica a negocios particulares y todos los años lidera esta competencia constituida ya en el icono de las festividades hípicas realizadas por este deporte a nivel nacional..

Homenaje a Don Hugo Serrano
Fragmento
……………………………….
Y en su caballo ”Trueno”
listo enfrenta esa justa
al diestro Matamoros,
y al gran delfín francés
a duelo Monsieur Laupin
y parte a todo galope,
y la carrera sigue…….
va a pie de herradura,….
se ve a Ñañugo en fuga
y en campo atraviesa
a la sombra persigue
y a aquel trofeo sigue
el corcel empieza dócil
¿caza a la presa fácil
o vence en faena dura?
pues diestro y experto era
y campeón de la hípica sería.

Ibarra, Septiembre del 2010
José Rosales Ribadeneira

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