Cuerpo Consular de Guayaquil

Quienes visitan la moderna sede, se sienten cobijados por la égida de la hermandad, y saben que poseen un lugar donde cada reunión deja algo positivo para la comunidad, particularmente de esta ciudad que ha recibido a valiosos representantes consulares.

Una de las primeras manifestaciones de la presencia y solidaridad de los Cónsules extranjeros acreditados en Guayaquil se produjo a raíz de la aparición de la fiebre amarilla, que afecto a la mayoría de los puertos del Pacífico Sur, comenzando en Panamá.

Según la revisión de la historia, en la revista colombiana CORREO DEL CAUCA, que se editaba en Cali, apareció una entrevista al doctor Luis Enrique Navas Prada, designado en 1921 como Cónsul General de Colombia en el Ecuador, con sede en Guayaquil. Dijo en la entrevista el doctor Navas Prada que Guayaquil era “una ciudad hospitalaria y prospera, comercial, hermosa y populosa; y un colega peruano, el señor Loaysa, en un hermoso articulo reivindicatorio la llamó la “ciudad calumniada”. Debido a la labor de la Rockefeller Foundation y el aporte de cónsules extranjeros, Guayaquil es una ciudad saneada casi como Panamá.

Las colonias extranjeras representadas por los pocos Cónsules acreditados entre el Gobierno en Quito, ayudaron solidariamente para que envíen medicinas, asistencia medica y vituallas cuando fue afecta por la fiebre bubónica el puerto principal. Existía la Sociedad Colombiana de Beneficencia, con edificio propio de 3 pisos y que reunía a los mas elevado de la sociedad porteña y colombiana.
La prensa guayaquileña por intermedios de los diarios El Universo, El Guante y La Prensa, este último el primer vespertino en la historia del Ecuador, señalaban que los Cónsules arribaban a Guayaquil en el buque Urubamba, para acoderar en el muelle situado al frente del Club de la Unión, descendiendo del vapor Ricardo.

Pero si de remembranzas se trata, bien vale recordar que en 1849 fue nombrado Cónsul de Estados Unidos en Guayaquil el Capitán Matthew Palmer Game, quien se había afincado en la ciudad algunos años atrás, e incluso contrajo matrimonio en 1842 con la dama guayaquileña Srta. Francisca Jiménez.

Durante el periodo que estuvo el Sr. Game al frente de la oficina, el Sr. Jhon F. Garbe actuó como vicecónsul en 1851, y en abril 10, American Charge de Affairs, Cortland Cushing firmo los documentos en aquella capacidad; pero el Sr. Horace H. Cox fue reconocido a fines del año 1851, y nuevamente en 1852 por el Gobierno Americano, durante una ausencia del Cónsul a Europa y Los Estados Unidos.

Tanto fue el amor que Game tenia por el Ecuador que se retiro del servicio a vivir en una hacienda en la Isla Puná, llamada Punta Española donde existe un pequeño obelisco que perpetúa su recuerdo. Matthew Palmer Game murió en Puná en 1888.

El libro “Guayaquil a la vista”, editado en Barcelona, España, en 1910 nos da a conocer que el Consulado de España funcionaba en el edificio comercial de don Lorenzo Tous, situado en la Avenida Primera, como se llamaba al Malecón en esa época. Menciona a dos cónsules: Don Manuel Janer y Don Lorenzo Tous, “Los españoles se distinguen por su laboriosidad y honradez, cualidades que les granjea la estimación general”, dice la publicación.

El Cuerpo Consular de Guayaquil se reunía en el salón de la Cámara del Comercio e Industrias, teniendo oficinas en el Palacio de Gobierno de la ciudad. Cuando fue Decano el Dr. Navas Prada, Cónsul de Colombia, como reconocimiento a sus dotes de caballero y por la forma como supo granjearse simpatías, lo acompañaron en el directorio los Cónsules de Chile, Perú, Guatemala, España y Costa Rica.

En 1922 fue elegido Decano Federico W. Goding, Cónsul General de los Estados Unidos de América quien renunció por motivo de ausencia luego de haber sido reelecto en dos oportunidades. Para 1924 había Consules representantes de Grecia, Cuba, Bolivia, Haití, Santo Domingo, Brasil, Dinamarca, Colombia, Chile, Perú, Guatemala, España y Costa Rica.

Desde entonces la historia de las relaciones internacionales con el puerto de Guayaquil se incrementaron y los diarios registran las visitas protocolarias al Gobernador de la provincia del Guayas, al Alcalde de Guayaquil, a las autoridades militares y las reuniones sociales de aniversario. El Telégrafo registra entre sus crónicas en 1925 el agasajo ofrecido al Dr. José Vicente Trujillo en el Club Metropolitano, antes de viajar a Quito para posesionarse como Ministro de lo Interior, con las mas destacadas personalidades de la urbe.

Un evento digno de destacar es la realización de la Primera Feria Nacional de Muestras, que fue apoyada por el Cuerpo Consular en Guayaquil hacia 1925 como primera Feria binacional con Colombia, luego del éxito de la Feria de Cali. Esto sirvió para mejorar la oferta de productos ecuatorianos hacia Colombia y viceversa.

Como hecho social del Cuerpo Consular una vez al mes, en su residencia denominada “Five o’clock tea” que fue alternando en hogares de cada uno de ellos, con las esposas y los amigos de la institución.

Se organizaron agasajos a los clubes de aviación y agencias navieras, para mantener el interés de empresas comerciales que operaban desde y hacia Guayaquil.

Fue en el período del decanato del H. Estéfano Isaías Dassum, periodo 1990-91 cuando se lanzó la idea de tener una sede propia. El directorio acogió con entusiasmo el planteamiento y se puso mano a la obra.

Gestiones iniciales ante el Alcalde Ing. Jorge Perrone Galarza y posteriores ante la Alcaldesa Ab. Elsa Bucaram Ortiz fueron coronadas con éxito y se obtuvo la donación, por parte de la M.I. Municipalidad de Guayaquil del terreno en la ciudadela Kennedy Norte.

Las escrituras firmadas el 8 de enero de 1990 oficializaron la donación y de inmediato se comenzaron los trabajos con el pleno optimismo de que muy pronto la obra se haría realidad.

En efecto, el 11 de diciembre de 1991, siendo Decano don Estéfano Isaías Dassum, H. Cónsul de la República Dominicana, se inauguró el edificio principal que es una obra arquitectónica sobria y elegante.

Unos pocos años después, el 22 de octubre de 1999, siendo Decano el Sr. Juan Doumet Antón, H. Cónsul de Honduras se inauguró el anexo donde funcionan las oficinas del Decanato, Presidencia del Comité de Damas, Secretaria, Sala de Recibo y Salón de Directorio, anexo que fue construido en tiempo récord.

En el año 2008 siendo Decano el Sr. Xavier Simon se remodeló las principales áreas de la Sede y se reconstruyó una biblioteca y una nueva sala de recepción, diseñada especialmente para el recibimiento de los diferentes diplomáticos que honran con visitar el H. Cuerpo Consular de Guayaquil.