Hostería San José de Sigchos

Historia
Estas tierras, de antiguos guerreros, fueron escogidas por el propio Atahualpa para levantar su santuario fúnebre. Cuando este cayó, a manos del yugo español, Rumiñahui y sus huestes llevaron su cuerpo al santuario, a través del camino del Inca, un excepcional sendero que se ha conservado hasta nuestro días y que se lo puede ver en el camino que conduce a Sigchos, específicamente en la cordillera occidental, detrás de los Illinizas, en la zona de Topaliví.

Con la desaparición del imperio Inca, los vestigios de la ciudad de los Sigchos quedó en el olvido, hasta que la historiadora Tamara Estupiñán comenzó a investigar, hace más de una década, las huellas que la llevarían hasta la última morada de Atahualpa.

Fue justamente en Sigchos donde encontró el Malqui Machay, las famosas ruinas de la morada final del último emperador Inca, un lugar enigmático, escondido entre los bosques. Las ruinas, recientemente descubiertas, son dignas de ser conocidas y apreciadas, pues son el legado que nos queda de nuestros antepasados y su último gran emperador.

¿Cómo llegar?

Nos encontramos a 1,5 kilómetros de Sigchos, un pujante cantón del noroccidente de la provincia de Cotopaxi. Además nuestras oficinas en Quito están ubicadas en la Av. Galo Plaza Lasso N53-127 y Humberto Marín

La hacienda está localizada a una altitud entre los 2 600 y 2 880 metros sobre el nivel del mar y goza de un clima típico andino, con una temperatura media de 15 grados centígrados.


¿Qué llevar?

El camino que conduce a la hostería es en un 90% asfaltado. Solo un pequeño tramo es de camino vecinal de piedra, que tiene un muy buen mantenimiento, por lo que es accesible para cualquier tipo de automotor.

Para nuestros visitantes recomendamos traer ropa suelta y cómoda para poder disfrutar de las actividades del campo. Prendas abrigadas también son necesarias para caminar a la luz de la luna o para ser parte del ordeño, a las 05:00am (o participar del mismo a las 15:00pm).

El calzado debe ser casual, deportivo; no son necesarias botas a menos que se quiera aprovechar una visita para hacer montañismo en los majestuosos Illinizas.